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La Isla de Lanzarote, bañada por el océano Atlántico, cuenta con numerosas playas y calas. Sin duda la más populares son las Playas de Papagayo, que son un conjunto de calas situadas en el municipio de Playa Blanca, con vistas a la Isla de Lobos y Fuerteventura, destacan por sus aguas cristalinas que las convierten en un paraíso.
Otra de sus espectaculares playas es la Playa de Famara, al norte de la isla. Con el risco al fondo y vistas a la isla de la Graciosa, Alegranza y Roque del Oeste, sus vientos alisios la convierten en el lugar ideal para los amantes del surf y el kitesurf.
La Isla de Lanzarote, bañada por el océano Atlántico, cuenta con numerosas playas y calas. Sin duda la más populares son las Playas de Papagayo, que son un conjunto de calas situadas en el municipio de Playa Blanca, con vistas a la Isla de Lobos y Fuerteventura, destacan por sus aguas cristalinas que las convierten en un paraíso.
Otra de sus espectaculares playas es la Playa de Famara, al norte de la isla. Con el risco al fondo y vistas a la isla de la Graciosa, Alegranza y Roque del Oeste, sus vientos alisios la convierten en el lugar ideal para los amantes del surf y el kitesurf.
Tras las erupciones volcánicas ocurridas entre los años 1730 y 1736, nacen las Montañas del Fuego, que fueron declaradas Parque Nacional en 1974. Durante esta visita podrás disfrutar de las impresionantes vistas que te regalan sus montañas en su variedad de tonalidades ocres, rojizos y pardos que te harán creer que has viajado a la luna. En el Islote Hilario, podrás descubrir también de una de las maravillosas obras del genial César Manrique, el restaurante El Diablo, donde podrás degustar exquisitos platos cocinados con el calor natural del volcán bajo tus pies.
Este lugar de ensueño, se originó tras el desplome del techo de un tubo volcánico por el que se deslizaba la lava procedente de la erupción del volcán de La Corona. La visión y obra del brillante César Manrique, lo transformaron en un lugar donde confluyen cuevas e increíble vegetación. Todo ello hace de su auditorio un lugar único en el mundo que no te puedes perder.
Otro singular espacio que surge tras la erupción del Volcán de La Corona, fue durante los siglos XVI y XVII el refugio y escondite de los lugareños frente a los ataques e invasiones de piratas procedentes de África. No te puedes perder el secreto que se revela al final del recorrido.
Es otra de las maravillosas creaciones de César Manrique. Consiguió transformar un espacio completamente degradado en la mayor plantación de tuneras de la isla. En el jardín de cactus nos podemos encontrar alrededor de 4500 ejemplares de 450 especies diferentes. Su piedra volcánica en tonos negros, junto con el manto verde que forman las tuneras, lo convierten en un paisaje único.
Lanzarote es mucho más que un destino paradisíaco y la cultura desempeña un papel importante en la oferta de ocio de la isla. Merece la pena conocer el Museo Internacional de Arte Contemporáneo (MIAC), situado en la antigua fortaleza militar del Castillo de San José; la Geria, famosa ruta del vino; el Monumento al Campesino, en el centro de la isla, obra de César Manrique; o la Fundación César Manrique, casa-estudio en la que habitó el célebre artista, ubicada en el Taro de Tahiche.
